Si el bosque profundo está embrujado, soy yo
Quien es el fantasma; no los árboles altos
Ni la luz de la luna que cae sesgada como lluvia,
Rellenando los huecos con charcos brillantes de plata.
Un largo tren silba serpenteando la colina
Ahora estridente, ahora lejano
Dime, de qué terminal obscura y ahumada
¿Sale el tren para ayer?
O, ya que nuestros espíritus despegan y continuan,
Su carne como viajeros sus mantos, O dime dónde,
En qué época y a qué país vendrás,
Para que ahí pueda encontrarte.
Robert Hillyer (Traducción Ricardo Otero Córdoba)