Incidente en un jardín de rosas

El jardinero vino corriendo,
Un viejo sin aliento.
Piernas le había dado el miedo.

Señor, me encontré a la Muerte
Justo ahora, entre nuestras rosas.
Parada ahí, flaca como una guadaña
La reconocí por sus fotografías
Vestía su abrigo negro,
Guantes negros y un amplio sombrero negro
Pienso que hubiera hablado,
Al ver que su boca estaba abierta,
Grande era, con dientes blancos
Tan pronto me hizo señas, corrí
Corrí hasta encontrarlo
Señor, renuncio,
Quiero ver a mis hijos
Una vez más antes de morir.
Quiero visitar California.

Nos dimos la mano; se marchó

Y ahí estaba parada la Muerte,
Vestida como un mesero español,
Tenía el aire de alguien
Quien porque le gusta llegar temprano
A todos sus compromisos,
Aprende a considerarse paciente
La vi pellizcar una flor
Y llevársela a la nariz,
Un conocedor de rosas
Una floración y luego otra
Desparramadas en la tierra a su alrededor

Señora, usted debe ser el extraño
Que a mi jardinero amenazó
Esta es mi propiedad, señora
Aquí son bienvenidos solamente los amigos

La Muerte sonrió y se le iluminaron los ojos
Con el brillo pálido de esas linternas
Que a veces cargan los trabajadores
Para iluminar su camino durante el crepúsculo
Y con gran cuidado deslizó
La mano del guante derecho
Sosteniendo aquella en un saludo
Una pequeña jaula de hueso,

Señor, yo conocí a su padre,
Y al final terminamos siendo amigos,
Respecto a su jardinero,
Yo no lo amenacé.
Los viejos malinterpretan mis gestos.
Sólo quería pedirle
Que me llevara con su amo,
¿Supongo es usted?

Donald Justice (Traducción Ricardo Otero)

 

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