El desierto

El calor era una paradoja. Lo estaba matando, pero a la vez le recordaba que aún no estaba muerto. Le recordaba que había que seguir adelante, aunque era de su conocimiento que aquel desierto se extendía más allá de cualquier salvación. Seguir leyendo «El desierto»

La güera y la flaca

Atiende en los huesos. Cadavérica hasta en su forma de moverse. Los despojos de un rostro hermoso visibles aún debajo de la piel marchita, porosa, como la gangrena de la ambición. ¿Cuántos son? Por aquí por favor. How many? Excuse me sir we don’t accept children in this establishment. ¿Cinco? Por aquí por favor. Se escurre entre las mesas repletas de turistas, el mar ruge a unas cuantas cuadras, su andar tibio y calculado, el cuerpo en tregua consigo mismo. Seguir leyendo «La güera y la flaca»

El pueblo

 

El calor comenzaba a sofocarlo.

No le gustaba la idea pero sabía que su mejor opción en ese momento era el aire acondicionado.  Subió las dos ventanas de golpe y giró exasperado la perilla del aire hasta el tope. La música se ahogó debajo del aire frío que empezaba a inundar el coche.  Inmediatamente se sintió mejor pero también de manera inmediata, el olor tan peculiar que su coche aventaba cada vez que encendía el aire, le llenó la cabeza. Seguir leyendo «El pueblo»